Debo decir con lástima que el actual feminismo feroce ha plagiado o acuñado unos cuantos palabros que me atraviesan los ojos y oídos. En cuanto me aparecen el espantoso “empoderar” y sus derivados (“empoderamiento”, “empoderador”), interrumpo al instante el artículo o el libro, por mucho que la Real Academia Española los haya admitido en el Diccionario (nada me puede traer más sin cuidado, en este periodo asustadizo de esa institución a la que pertenezco…, creo). Lo mismo me ocurre con “heteropatriarcal” y
Origen: Columna: Javier Marías: Palabras que me impiden seguir leyendo | EL PAÍS Semanal