Hernán Larraín tiene todo el derecho de defender a un amigo. Pero ese derecho colisiona con su rol como ministro de Justicia donde está llamado a abstenerse de opinar con el fin de tutelar la independencia del poder judicial y la separación de poderes. Si efectivamente quiere seguir defendiendo a su amigo Jaime, debiera dar un paso al costado de sus importantes labores ministeriales. Afortunadamente, aunque de manera tardía, el ministro Larraín ha enmendado su actuar y le ha pedido a la defensa de Orpis no
Origen: Larraín y su amigo Jaime