“Dicen que soy un gran escritor, agradezco esa curiosa opinión, pero no la comparto. El día de mañana, algunos lúcidos la refutarán fácilmente y me tildarán de impostor o chapucero o de ambas cosas a la vez. No he cultivado mi fama, que será efímera”.
Estas palabras son de Jorge Luis Borges (1899-1986). Como se ve, no ha acertado en su autoprofecía. Ya en vida el autor argentino era muy respetado y querido, y vivió sus últimos tiempos en un aura de leyenda. Treinta años después de su muerte, que se cumplen tal día como hoy, 14 de junio, su premonición de que su obra sería refutada no se ha cumplido.
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