Lo que le pasó a Longueira no es producto de alguna conspiración imaginaria, sino resultado de sus propios actos: haber beneficiado a un grupo económico con el que mantenía secretas relaciones financieras, en desmedro de los intereses de todos los chilenos.
Origen: Columna de Daniel Matamala: ¿Qué te pasó, Pablo? – La Tercera