Ateos, descreídos, solitarios por decisión propia, cínicos, claustrofóbicos, pudorosos, víctimas del trastorno de personalidad antisocial, malos padres e hijos ingratos… La extrañeza que vais a sentir esta noche, vuestros «¿qué hago yo aquí? ¿qué fiesta es esta?», vuestro desdén por los villancicos y por los dulces no os convierten en esas personas tan especiales que creéis ser.
La Navidad es un cuento
