Anaïs Nin, diario de un escándalo
Nada excita tanto como lo prohibido. Por eso, para alguien que vivió bajo la única regla de saltarse todas las reglas, satisfacer instintos y caprichos carnales...
Nada excita tanto como lo prohibido. Por eso, para alguien que vivió bajo la única regla de saltarse todas las reglas, satisfacer instintos y caprichos carnales...